Los asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos habrían disminuido el año pasado, pero contra los liderazgos de las mujeres y los indígenas la violencia ha aumentado silencionamente. Radiografía de una violencia selectiva.
Ser líder o lideresa social implica servir a una comunidad, trabajar por su bienestar y pensar en colectivo; algo que identifica a los indígenas y a las mujeres, cuidadores de sus pueblos y familias. Pero también conlleva grandes riesgos, cuando en Colombia no paran los asesinatos, amenazas y agresiones en su contra. La Defensoría del Pueblo ha emitido por lo menos 150 Alertas Tempranas advirtiéndolo.
Tras un análisis de datos que La Paz en el Terreno consolidó cruzando información de la Defensoría, CODHES, Fundación Paz y Reconciliación, Marcha Patriótica e Indepaz, Misión de Observación Electoral y Somos Defensores, confirmó que la violencia, particularmente contra indígenas y mujeres que resisten desde el liderazgo social, aumentó en 2019. Por ello, construyó este especial multimedia, que expone en profundidad los patrones de estas violencias, sus singularidades en contextos étnicos y de género y trae las voces de quienes siguen resistiendo en distintos puntos de la geografía nacional.
La ONU también avisó que la violencia contra las lideresas sociales y defensoras de derechos humanos en Colombia aumentó un 50 % en 2019. Las lideresas han sido doblemente violentadas: por el hecho de ser mujeres, pero también para opacar y acallar sus luchas. La violencia política, el racismo y la discriminación hacen parte de este difícil panorama, ante el cual resisten organizándose y creando redes de apoyo de mujeres. Según las mismas lideresas y organizaciones sociales que acompañan su labor, las instituciones del Estado no han respondido como deberían para garantizar su labor de liderazgo y defensa de derechos. La pandemia, además, les ha supuesto riesgos adicionales, como la violencia intrafamiliar y el empobrecimiento.
De acuerdo con el último informe de la ONG Global Witness, en 2019 asesinaron a 64 líderes ambientales en Colombia, siendo el primer país en el mundo con más ataques contra este tipo de dirigentes. La mitad indígenas, la mayoría del Cauca. Según el Programa Somos Defensores, los asesinatos contra líderes y lideresas indígenas en el país pasaron de 24 en el 2018 a 32 en el 2019. La Defensoría del Pueblo asegura que en el 2018 ocurrieron 30 y en el 2019, 33. La mayoría de los asesinatos tuvieron que ver con el control de sus territorios, la presencia de grupos armados ilegales y el negocio del narcotráfico. Ambas entidades también concuerdan en que el peor escenario para sus luchas fueron las montañas del Cauca. La Corte Constitucional ya había advertido que varias etnias se encuentran en peligro de extinción. Con la pandemia, las comunidad perdió lo que la hace más fuerte: “defenderse en ‘montonera’”.
Ser lideresa indígena, por tanto, implica tenacidad. Resistir al exterminio contra los pueblos originarios y, al mismo tiempo, a la violencia machista, las ha convertido en el liderazgo de mujeres más victimizado del país. 118 lideresas indígenas agredidas contó Somos Defensores entre 2013 y 2019, el índice más alto entre los liderazgos de mujeres que identificaron. La violencia de los armados, la discriminación del Estado y el machismo que también permea a sus comunidades, las ha dejado en una profunda vulnerabilidad, pero estos son liderazgos que emergen con fuerza, que recogen las banderas de sus antecesoras y que se han ganado a pulso un lugar en la dirigencia de sus pueblos, de la mano de otras mujeres.
"Históricamente, la tasa de impunidad de los homicidios contra los defensores y defensoras en Colombia se ha situado en torno al 95 %”, reza el Informe del Relator Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos acerca de su visita a Colombia, presentado en diciembre de 2019. A pesar de que el informe también estima que el 89% de los asesinatos a personas defensoras no terminan en una condena, indígenas y mujeres continúan defendiendo la vida, clamando garantías reales para su labor.
*La Paz en el Terreno es una alianza entre Colombia2020 y Rutas del Conflicto que rastrea la implementación del acuerdo de paz entre el gobierno y la exguerrilla de las Farc en dos temas claves: la situación de los líderes sociales y el proceso de reincorporación de los excombatientes. Para mayor información, consulta lapazenelterreno.com. Esta publicación es posible gracias al apoyo de la fundación alemana Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) en Colombia.