Valencia

El liderazgo social en Valencia se ha visto reducido debido al miedo a denunciar por la presencia y dominio territorial de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). Por esta razón, muy pocos luchan por los derechos humanos en este municipio y la mayoría de los procesos provienen de Tierralta, según relatan líderes y lideresas de la región. Además de la presencia de grupos armados, desde el corregimiento de Venecia se puede tomar la vía que conduce hacia el Urabá y el Alto Sinú, lo que convierte a este municipio en un corredor estratégico.

Los actores legales como la Fuerza Pública y la Policía se encuentran en el territorio y acompañan, principalmente, procesos de restitución de tierras. Su presencia en el territorio significa riesgo para los líderes y lideresas sociales por posibles nexos y colaboración con los grupos armados ilegales. Al estar en el casco urbano, la población civil queda en medio del fuego cruzado entre la Fuerza Pública y los grupos armados ilegales.

Buena parte del municipio es controlado por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y la zona de Jaraguay ha sido el foco de reclutamiento por parte de este grupo armado.

Según el Observatorio de Drogas de Colombia (ODC), tras la firma del Acuerdo de Paz el número de hectáreas incrementó porque pasó de 1,80 ha en 2016 a 6,48 en el 2018. Actualmente, los líderes y lideresas de la región afirman que hay una baja presencia de cultivos de uso ilícito en el municipio porque tan solo se registran 4,29 ha de cultivos, según lo registra la ODC.

El microtráfico en la región es reducido, sin embargo, algunos líderes afirman que por su ubicación estratégica, Valencia ha funcionado como corredor y podría ser utilizado como ruta de narcotráfico por su conexión con el Urabá y el Alto Sinú.