Los impactos de la
cuarentena en la
reincorporación
económica

La situación de emergencia sanitaria, social y económica causada por la pandemia del COVID-19 presenta nuevos desafíos que amenazan el proceso de reincorporación económica, uno de los puntos centrales del Acuerdo de Paz. Este especial presenta los efectos de las medidas para detener el contagio del virus sobre el desarrollo de proyectos e iniciativas productivas que están siendo formuladas o implementadas por colectivos de excombatientes en reincorporación.

Además, presenta dos de los problemas más apremiantes que enfrentan estos colectivos: la falta de conectividad adecuada, que en situación de pandemia se ha vuelto necesaria para cualquier organización, y los riesgos de seguridad en algunas Nuevas Áreas de Reincorporación en donde funcionaban proyectos que tuvieron que ser suspendidos debido a las constantes amenazas de actores armados.

El impacto de la cuarentena sobre los proyectos productivos de excombatientes

Cuando se decretaron las medidas de aislamiento social para contener el contagio de COVID-19, los proyectos productivos liderados por colectivos de excombatientes de las antiguas FARC también sufrieron sus efectos y tuvieron que adaptarse.

En mayo, 14 talleres de confección empezaron a producir tapabocas como respuesta a la escasez que se presentaba en ese momento en el país y también como una forma de acomodarse a la nueva situación para seguir produciendo.

Aunque esta fue una de las primeras reacciones de algunos colectivos de excombatientes, fue una situación temporal y no generalizada que fue adoptada para capotear los días más duros de la cuarentena, mientras se preparaban para continuar con sus proyectos en condiciones que no habían previsto.

Para saber de qué forma afectaron las medidas de aislamiento al desarrollo de los proyectos e iniciativas productivas, el Componente FARC del Consejo Nacional de Reincorporación –CNR– consultó a 126 formas asociativas, como cooperativas, corporaciones y asociaciones, que agrupan a 7.179 excombatientes.

La información fue recogida entre el 7 y el 13 de mayo e incluye 173 iniciativas y proyectos productivos en 74 municipios de 22 departamentos y fue resultado de un ejercicio de coordinación entre el Componente Farc del CNR, la Agencia para la Reincorporación y Normalización –ARN–, la Misión de Verificación de la ONU, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD– y la Organización Internacional para las Migraciones –OIM.

De acuerdo con el informe elaborado con la información entregada por los colectivos, más de la mitad de las iniciativas y proyectos productivos tuvieron un impacto medio o alto en los planes de trabajo que se venían desarrollando.

El análisis incluye tanto iniciativas como proyectos productivos. Las iniciativas productivas son todos los emprendimientos de los excombatientes que no han sido sometidos a consideración del CNR y su financiación es en gran parte autogestionada.

Los proyectos productivos, por su parte, son presentados por los colectivos de excombatientes ante el CNR para su aprobación y financiados con 8 millones de pesos cada uno, en los términos del decreto 899 de 2017, y se dividen entre los que están en etapa de formulación y aquellos que ya están siendo implementados.

Entre los proyectos productivos que ya se están implementando, los colectivos reportaron afectación media o alta en el 53%. Los que están en formulación han tenido ese tipo de afectación en el 51%. El efecto de las medidas de contención de la pandemia se manifiesta de formas distintas entre unos y otros.

Afectación en proyectos productivos en formulación
Afectación en proyectos productivos en implementación

¿Cómo han sido afectados los proyectos en formulación?

Los proyectos en formulación han tenido que enfrentar demoras en los trámites que deben hacer para la formalización ante las entidades correspondientes, explica Leonardo Sarmiento, asesor de proyectos productivos del Componente FARC del CNR y uno de los autores del informe.

Entre estos trámites se encuentran, por ejemplo, los registros INVIMA, las solicitudes de licencias de construcción y trámites ante las alcaldías que se frenaron por las medidas de aislamiento social que recién se levantan y que varían mucho entre regiones porque dependen de las autoridades locales.

El acceso a predios en donde desarrollar las actividades es otro de los mayores problemas que tienen que resolver los colectivos que están formulando su proyecto. Dado que el estatus jurídico de los antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación –ETCR– expiró en 2019, la falta de claridad sobre la propiedad de la tierra en estos espacios ha demorado el proceso de formulación, pues sin los títulos de propiedad, los colectivos no pueden hacer inversiones o conseguir financiación para intervenir espacios que no son suyos.

Por esa razón, la ARN tiene previsto adquirir predios para nueve antiguos ETCR antes de terminar el año, como ya lo hizo en agosto pasado con 22 hectáreas que componen el antiguo ETCR de Icononzo. Sin embargo, la pandemia y sus efectos sobre la eficiencia de los trámites administrativos han demorado este proceso de titulación de tierras para excombatientes.

Otros proyectos se desarrollan por fuera de los ETCR y también requieren inversión en tierra para poder empezar a andar correctamente. Sarmiento dijo que muchas asociaciones y cooperativas tenían programadas visitas a predios que deben ser convalidados en un proceso técnico de evaluación a cargo del CNR como parte del proceso de formulación de los proyectos. Debido a la cuarentena, esas visitas tuvieron que posponerse y se han venido retomando conforme se levantan las restricciones.

Además, dice Sarmiento, los colectivos tienen que resolver sus propios nudos administrativos internos. Muchas cooperativas y demás formas asociativas no pudieron tener sus asambleas ordinarias, que deben hacerse, de acuerdo con la ley, en los tres primeros meses del año. "Cuando todos se disponían a hacer sus asambleas, llegó la pandemia", dijo.

"Este es un año en el que tendríamos que haber hecho muchísimos ajustes muy profundos a toda la estructura intercooperativista con la que vamos a seguir funcionando", explicó Sarmiento. Con el levantamiento de las medidas de aislamiento, las cooperativas han podido retomar las asambleas que no se pudieron hacer por falta de conectividad en los territorios en donde trabajan.

"Este es un año en el que tendríamos que haber hecho muchísimos ajustes muy profundos a toda la estructura intercooperativista con la que vamos a seguir funcionando."

¿Cómo han sido afectados los proyectos en implementación?

Los colectivos encargados de los proyectos que ya están siendo implementados reportaron haberse visto afectados en la operación, la comercialización, el flujo de caja y la conectividad.

La operación se redujo, al principio de la emergencia, debido a que las medidas de cuarentena general obligaron a cerrar los establecimientos. Con la reactivación, la operación se ha venido retomando con apego a las medidas de bioseguridad que impiden que muchas personas se concentren en lugares cerrados, así que los proyectos más grandes tuvieron que reducir la cantidad de trabajadores que pueden tener activos por día.

Además, las restricciones a la movilidad tuvieron efectos sobre la facilidad para conseguir insumos. La Cooperativa Multiactiva Ecomún Esperanza del Pueblo esperó tres meses a que llegara la geomembrana que necesitaban para la impermeabilización del estanque del proyecto de piscicultura que adelanta en Silvia, Cauca. Según Jhan Moreno, representante legal de la cooperativa, la cuarentena hizo imposible que esa geomembrana llegara desde Perú en marzo, cuando la esperaban, y llegara en junio.

Luego de la operación, la conectividad presenta los problemas más serios, pues dos de cada diez colectivos reportan afectaciones graves a su posibilidad de conectarse a internet y solo tres de cada diez no han tenido mayores problemas en esta materia.

Jorge Orlando Pérez, representante legal de la Cooperativa Multiactiva Esperanza del Pueblo Araucano –COOMEPA–, es una de esas dos de cada diez personas que no se puede conectar a internet regularmente. Cuando necesita hacerlo, le paga a un vecino que le permite usar su conexión por unas horas y solo lo utiliza para comprar insumos.

La conectividad es clave no solamente para el abastecimiento en situación de aislamiento sino también para la asistencia técnica. Muchos proyectos dejaron de recibir la asistencia que les provee la cooperación internacional porque no era posible viajar a los territorios en donde funcionan y la conexión a internet es muy inestable, si es que hay.

Además, la conectividad es importante para emprender procesos de alfabetización digital para excombatientes que adelantan proyectos productivos. El 74% de las personas consultadas por el Componente FARC del CNR dijo que no ha recibido capacitación en herramientas informáticas y la requiere. La alfabetización digital, como la asistencia técnica, necesita buenas condiciones de conectividad para lograr que cada vez más los colectivos hagan uso de las plataformas digitales y redes sociales para comercializar sus productos.

¿Cuáles han sido los proyectos más y menos afectados?

Por su naturaleza, algunos proyectos, como los de servicios, se ven más afectados por las medidas de aislamiento que otros. Los proyectos más afectados son los relacionados con las telecomunicaciones, panadería y caficultura. El informe explica que las actividades que están estrechamente ligadas a la dinámica económica urbana fueron las que más sufrieron el impacto de las cuarentenas.

"Tenemos muchos casos como los de los talleres de motos en Medellín o los restaurantes en Bogotá que ya estaban listos para empezar a operar o que llevaban poco tiempo funcionando y que tuvieron que cerrar completamente como consecuencia las medidas que tomaron las autoridades locales para contener el brote de COVID-19", dijo Andrés Stapper, director de la ARN.

"Por su naturaleza, algunos proyectos, como los de servicios, se ven más afectados por las medidas de aislamiento que otros. Los proyectos más afectados son los relacionados con las telecomunicaciones, panadería y caficultura."

Porcentaje de afectación en proyecto por cada sector

En cambio, los proyectos agrícolas y agropecuarios reportaron menos efectos. Esto puede explicarse por dos razones.

La primera, según el informe, es que muchos de los proyectos agrícolas o agropecuarios se encontraban todavía en etapas previas a la venta de productos. El 59% de las asociaciones y cooperativas reportó que aún no está en fase de comercialización y el 40,5% informó que todavía no está generando ingresos.

Percepción sobre reducción de ingresos

De acuerdo con Stapper, muchos de los proyectos agrícolas y pecuarios tienen tiempos de producción largos, que en casos como el de los cultivos de aguacate pueden ser de entre tres y cuatro años, y el Consejo Nacional de Reincorporación ha venido aprobando estos proyectos en los últimos dos años.

Justo al lado del proyecto de piscicultura, la Cooperativa Multiactiva Ecomún Esperanza del Pueblo implementa un cultivo de aguacate haas que va según lo planeado. Según Moreno, esperan tener su primera cosecha en septiembre de 2021 y, teniendo en cuenta que los precios internacionales del aguacate Haas van en aumento, dice, creen que sus ingresos serán mayores a los inicialmente planeados.

La segunda razón por la que los proyectos agropecuarios sufrieron menos, explica Sarmiento, es que muchas de estas iniciativas se volcaron al mercado local y obtuvieron muy buenos resultados. Según el informe, "los proyectos que han podido seguir operando son aquellos que cuentan con producción de alimentos para autoconsumo y la presencia de mercados comunitarios locales".

En el ETCR Georgina Ortiz en Vistahermosa, Meta, está ubicado el proyecto de cultivo de tilapia de la Asociación Agropecuaria Piscícola Paz y Desarrollo, del que participan 24 personas. Patrocinio Rubio, representante legal de la asociación, dijo que el proyecto no ha tenido mayor afectación porque, además de que tienen asegurada la comercialización de gran parte de lo que producen, gracias a un acuerdo con un mayorista, en la vereda hay mucha gente que consume su tilapia. Ese mercado local, según Patrocinio, aumentó después de que se decretaran las medidas de emergencia que restringieron la movilidad en todo el país.

De acuerdo con Sarmiento, las restricciones propias de la cuarentena también causaron que se redujera mucho la cantidad de productos como alimentos y víveres que llegaban de fuera de las zonas en donde operan los proyectos productivos, lo cual redujo la competencia. Por eso, asegura, las iniciativas agropecuarias que producen alimentos se mantuvieron a flote gracias, en gran parte, al consumo local.

Con el levantamiento de las restricciones se vuelve a permitir la entrada de productos de otras regiones y eso hace necesario que los proyectos productivos se preparen mejor para buscar nuevos mercados y en eso, dice Sarmiento, la conectividad es clave.

"Ahora que los colectivos saben cómo aprovechar los beneficios del mercado local, es hora de que empiecen a entender cómo funciona el mercado digital, qué estrategias ya conocidas pueden implementar y qué nuevas estrategias hay por aprender para garantizar su sostenibilidad", asegura Sarmiento.

Según informó Andrés Stapper, la ARN contrató el servicio de internet satelital ilimitado para 23 antiguos ETCR y ya se retomaron las labores de asistencia técnica para los proyectos productivos.

Esta visualización presenta 76 proyectos e iniciativas productivas que están siendo implementadas por colectivos de excombatientes en proceso de reincorporación. Proyectos productivos financiados con recursos de cooperación internacional en Colombia implementados en todo el territorio nacional.