Los retos de la prevención y atención del Covid-19
El gobierno incrementó las medidas de atención en salud para los excombatientes y sus familias a través de la teleconsulta; las dificultades radican en que la atención contempla solo a un grupo minoritario y en los problemas de conexión para su implementación.
La atención de salud focalizada para los excombatientes de las Farc ha sido incrementada durante la pandemia del Covid-19, pero no ha cumplido con las expectativas de la población en proceso de reincorporación. Firmantes del Acuerdo de Paz relatan que las medidas no han llegado a todos los excombatientes, que ha habido dificultades de acceso y conexión a las teleconsultas y que existen problemas con la adecuación de zonas de aislamiento en los espacios con mayor concentración de personas.
Hasta el pasado 10 de septiembre, tras la realización de 153 pruebas se registraron 67 excombatientes positivos para Covid-19, según datos de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN,. El total de pruebas alcanza a poco más de 1% de los más de 13 mil combatientes de la antigua guerrilla de las Farc que entregaron las armas y empezaron su camino hacia la vida civil en diciembre de 2016. 54 de los resultados salieron negativos, cuatro no concluyentes y, hasta septiembre 28, algunas personas aún esperaban por el resultado.
Entre los contagiados estuvo el senador de la República por el partido Farc Pablo Catatumbo. La mayor preocupación, sin embargo, se ha enfocado en los posibles contagios en los antiguos ETCR (Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación), debido a la dificultad de cumplir el aislamiento en los espacios colectivos, como las cafeterías. El primer resultado positivo para Covid-19 en un ETCR se registró el 8 de agosto, en Caño Indio, Tibú, Norte de Santander. Hubo, en total, tres contagiados en el espacio donde viven poco más de 60 personas, según cifras del componente Farc en el CNR (Consejo Nacional de Reincorporación). Además de los riesgos de transmisión, se ha relatado una estigmatización en contra de los otros habitantes del ETCR en Tibú (ver más sobre el tema). Debido a ese señalamiento, hubo resistencia de algunos excombatientes en realizarse la prueba, según miembros del CNR, lo que puede haber influenciado en el subregistro del número de contagiados.
"La mayor preocupación, sin embargo, se ha enfocado en los posibles contagios en los antiguos ETCR (Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación), debido a la dificultad de cumplir el aislamiento en los espacios colectivos, como las cafeterías."
Ambulancias, enfermeros y teleconsultas
Para atender a los excombatientes durante la pandemia, ARN conjugó los modelos de salud previstos por el Acuerdo de Paz con una nueva herramienta de orientación a la distancia con base en teleconsultas. Los modelos de salud prevén atención para los antiguos ETCR y para los familiares de los excombatientes vinculados a estos espacios, en dos modalidades: con la presencia permanente de una ambulancia y de un enfermero, o con la ambulancia ubicada en el centro rural más cercano al ETCR.
En mayo, tras dos meses del inicio de la pandemia, ARN firmó un convenio con la empresa Teleperformance, la Clínica Juan N. Corpas y los Laboratorios Roché para implementar la atención con teleconsultas a los habitantes de los ETCR, sus familias y las zonas aledañas a estos espacios. El servicio es prestado por cinco médicos y 11 enfermeros de la clínica, según la agencia.
En un balance publicado en septiembre de 2020, la Consejería Presidencial para la Estabilización y la Consolidación relató la presencia de 2.625 personas en los antiguos ETCR, mientras 9.538 excombatientes desarrollaban su proceso de reincorporación en las llamadas Nuevas Áreas de Reincorporación (NAR) o de forma individual. Las NAR, que suman más de 90, son espacios en que grupos de excombatientes se reubicaron de forma espontánea, pero que no cuentan con el reconocimiento oficial del gobierno por no estar previstas en el Acuerdo de Paz.
Desde el componente Farc del CNR se ha criticado la concentración de las medidas de salud en los antiguos ETCR, ya que en estos espacios se encuentra solamente el 30% de la población excombatiente. Pobladores de los antiguos ETCR de Antioquia, La Guajira, Norte de Santander y Meta han relatado haber tenido dificultades para acceder a las teleconsultas. La ARN, por su parte, asegura que la atención ha estado disponible para 7.316 personas, considerando también a los exguerrilleros que realizan su proceso en zonas aledañas a los ETCR y sus familias.
En el ETCR de Pondores, en La Guajira, se utilizó la ‘Teleorientación en Salud’ para una mujer que presentaba síntomas relacionados con Covid-19. Al ser atendida, le dijeron que era un caso posible de la enfermedad, y que se aislara mientras la volvían a llamar. Nunca volvió a ser contactada, lo que generó una desconfianza en relación a este servicio para los otros pobladores de este espacio territorial. En total utilizaron el servicio tres personas y ninguna tuvo una visión positiva del mismo. No volvieron a utilizar el servicio, y la excombatiente cumplió con el aislamiento en casa, dentro del ETCR, y nunca recibió información concreta sobre si estaba o no contagiada. En este espacio se confirmaron 20 casos positivos de Covid-19.
Aún en Pondores, ubicado en la Guajira, uno de los enlaces de Farc en territorio afirmó que la orientación por teléfono no era muy utilizada localmente debido a la falta de costumbre y experiencia utilizando esta herramienta de comunicación. Laura Villa, del componente Farc del CNR, agregó que en los ETCR donde la señal de celular es baja o intermitente, se ha acordado que las consultas también se realizarán por medios digitales, específicamente por llamadas a través de la aplicación WhatsApp. Sin embargo, éstas también dependen de una buena conexión. “Muchos espacios cuentan con la infraestructura de internet, aunque ésta también está limitada con el acceso a la planta de luz y demás”, afirmó.
El componente Farc del CNR también mencionó que el temor al contagio en los ETCR afectó la atención por parte de los enfermeros con presencia no permanente en estos espacios. Para disminuir los riesgos, los habitantes le pidieron a los trabajadores de la salud que no fueran a estos espacios colectivos, o cuando estaban en los espacios, que no regresaran a los cascos urbanos u otras zonas rurales. Con la apertura gradual del aislamiento, que inició en septiembre a nivel nacional, la presencia de los enfermeros se ha ido normalizando en los ETCR.
La ARN informó que para promover el uso de la ‘Teleorientación en Salud’ se han enviado de manera periódica mensajes de texto para los habitantes de los antiguos ETCR, además de información a los coordinadores de los grupos territoriales de la entidad. Un excombatiente de Llanogrande, Dabeiba, aseguró a La Paz en el Terreno que, a pesar de no haber tenido que utilizar la herramienta, conocía su existencia y su funcionamiento.
"El componente Farc del CNR también mencionó que el temor al contagio en los ETCR afectó la atención por parte de los enfermeros con presencia no permanente en estos espacios."
Excombatientes del grupo de riesgo
Además de la preocupación de contagio en los grupos excombatientes en los ETCR, la población en proceso de reincorporación también cuenta con personas en el grupo de riesgo del Covid-19. Entre ellas están los mayores de 60 años y los pacientes con enfermedades crónicas, graves o comorbilidades, como la obesidad, la diabetes tipo 2, el cáncer, la enfermedad renal crónica, la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), las enfermedades cardíacas graves y las personas con el sistema inmune debilitado, según el Control Disease Center, de Atlanta (EEUU), una entidad referencia en salud a nivel mundial.
Según el componente Farc del CNR, hay 1.960 excombatientes en el grupo de riesgo, entre los adultos mayores, personas con discapacidad y enfermedades de alto costo, registrados en el Registro Nacional de Reincorporación (RNR) realizado por la Universidad Nacional (ver más en la infografía ). Desde el ETCR de Pondores, La Guajira dijeron que de los 149 miembros del espacio ocho eran adultos mayores y que no se presentaron acciones especiales para la protección de ellos. En cuanto a las enfermedades de base dijeron que estuvieron peleando para que se les siguiera haciendo seguimiento durante la cuarentena ya que hubo citas que fueron canceladas o a las que no fue posible que asistiera.
Las enfermedades de base no son las únicas que pueden llevar a complicaciones después de contraer Covid-19. Para la doctora Johanna Sánchez la importancia del acceso al agua potable radica en prevenir enfermedades que puedan agravar el contagio. “El acceso a agua potable nos garantiza primero que el portador no tenga otras infecciones asociadas que puedan empeorar su diagnóstico asociadas al uso de agua no potable, como dengue, malaria y amibiasis. También hay estudios que muestran que el acceso a agua potable está relacionado con una mejor nutrición”, afirma la doctora Sánchez.
Según datos del RNR dados por el componente Farc del CNR cerca de 1 de cada 3 excombatientes (34.8%) tenían acceso al agua de un acueducto público. El 22.6% tomaba el líquido directamente de algún río, quebrada o manantial. El 14% se abastecía de un acueducto veredal. Un 12.3% lo hace de un pozo de agua por medio de una bomba. Y el 8.8% de otra fuente.
Una de ellas fue la asignación mensual del 90% de un salario mínimo que se repartió en mayo y junio, beneficiando a más de 11 mil excombatientes. De igual manera aseguran que enviaron un comunicado con recomendaciones a todos los espacios donde se adelantan procesos de reincorporación colectiva. Para el componente Farc de CNR estos procesos no son suficientes y demuestran los problemas que existen con el no reconocimiento de las NAR, ya que por ejemplo 7 de 12 espacios consultados habían tenido desabastecimiento en el territorio.