Jaraba
Roberto Emiro Jarba Arroyo duró 15 años en Cerro Matoso operando la maquinaria de níquel. Desde que llegó a Caucasia, Antioquia, dedicó parte de su vida a la creación del sindicato de la empresa niquelera y a fortalecer los procesos educativos de los demás operarios a través de capacitaciones con el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena. Logró que todos los operadores de máquinas estuvieran certificados y que realizaran cursos de actualización.
Jarba Arroyo, en febrero del 2018, renunció a la vicepresidencia del sindicato y regresó al municipio de Cáceres, Antioquia, territorio en el que su familia fue desplazada por los paramilitares del Bloque Central Bolívar en cabeza de Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’. El padre de Jarba dejó una finca, la cual fue usada por paramilitares como base de entrenamiento. Tras la desmovilización en 2008 del Bloque Central Bolívar, el predio está siendo reclamado por la familias, afirmaron fuentes cercanas a la víctima
Para agilizar el proceso de reclamación de la tierra, Jaraba tomó el liderazgo de la familia frente al trámite y ayudó a varios habitantes del municipio con otros procesos de restitución en Cáceres, parecidos al de su familia. Fue así que empezó a ser conocido, ya no únicamente por su trabajo sindical, sino también por el liderazgo en procesos de restitución de tierras.
El 17 de julio de 2018, Jaraba se encontraba con unos amigos cuando dos hombres le dispararon. Murió al instante. Al día siguiente, se creó una comisión especial de la Alcaldía de Caucasia para esclarecer los hechos que rodean el caso y los presuntos responsables. El 2 de agosto, se capturó a Cristian de Jesús Ramírez Basilio por el homicidio del líder. Durante el proceso de la investigación se determinó que Ramírez es un sicario de ‘Los Caparrapos’, una banda delincuencial derivada del Clan del Golfo.