Gustavo Ortega era un líder comunitario de Barranquilla y nacido en 1943. Durante su vida fue marinero, pensionado de la empresa Puertos de Colombia. 

Luego de pensionarse, Ortega se dedicó a pasar tiempo con su esposa y a emprendió su liderazgo como integrante de la Junta de Acción Comunal del barrio Betania, desde donde empezó a ejercer su cargo como secretario de obras y servicios públicos. Especialmente velaba por el bienestar del parque del barrio. 

Raúl Martínez, amigo del líder, lo recuerda como una persona muy entregada a la comunidad. "Hablar con él era como leer una cartilla de urbanidad. A través de su gestión se pusieron los avisos en el parque sobre cómo comportase correctamente y cuidar el espacio de la comunidad. También diseñó unas palas con botellas de plástico, para que la gente pudiera recoger los desechos de sus mascotas y no las dejaran por ahí", concluyó Martínez.

La historia de Gustavo Ortega comienza su desenlace el martes 29 de agosto, cuando salió de su casa a petición de su esposa, Nimia Villalba, quien le solicitó que comprara unos ingredientes en la tienda. De camino, el líder pasó por el parque Betania  y se cruzó con Alberto José Aguilar Peña, un habitante de calle quien dormía en una banca.

En una situación que aún permanece por esclarecer, Ortega y Aguilar se enfrascaron en un altercado en el que el habitante de calle empujó al líder. Ortega, de 74 años, cayó de espaldas y se golpeó la parte de atrás de la cabeza contra el pavimento. El atacante no huyó de la zona sino que trató de sobarle la herida al adulto mayor.

Vecinos que presenciaron la escena reaccionaron y lo llevaron al Hospital Metropolitano desde donde lo remitieron a la Clínica General del Norte. Allí permaneció 3 días más, hasta que el 1 de septiembre de 2017, cuando los médicos le declararon muerte cerebral y falleció.

A Alberto Aguilar lo condujeron a la URI de la Fiscalía, pero lo liberaron aduciendo que padecía de algún trastorno mental.