Juana Almazo Uriana Epiayu trabajó como coordinadora de convivencia en la Institución Educativa Camino Verde, desde el año 2017, en Uribia. Desde la desaparición de Uriana el domingo 24 de septiembre de 2017, su familia comenzó una campaña en redes sociales para encontrarla. Su cuerpo fue hallado el 26 de septiembre de 2017 devorado por aves de rapiña y animales que lo dejaron irreconocible. Medicina Legal tuvo que realizar un proceso de restauración de tejidos para identificar que el cuerpo sí era el de la lideresa indígena. Según algunos medios de comunicación, el cadáver fue rociado con ácido lo que ayudó a que el nivel de descomposición fuera mayor.

Uriana había sido muy crítica con la gestión del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, en La Guajira. La denuncia de Uriana está relacionada con el aumento de la tasa de muerte de los niños wayuu a causa de la desnutrición. Según las organizaciones indígenas de la zona, el ICBF Regional Guajira actuó bajo intereses propios sin consultar con las comunidades afectadas e inclusive, beneficiando intereses particulares.

Miembros del Movimiento Nación Wayuu como Ever Epieyu Epinayu, Cristóbal Cuadrado, Isilia Pimienta Marín y otros líderes como María del Rosario Ruíz Ipuna han recibido amenazas y sufrido atentados. Las autoridades siguen investigando si existe relación entre las denuncias hechas por los líderes, las amenazas recibidas y los asesinatos. Según una familiar, Juana Almazo Uriana Epiayu sí había recibido amenazas antes de su muerte, aunque no se conozca de dónde provenían.