Álvarez Marín
Fabián Álvarez era un líder de la vereda La Loma, en el corregimiento de San Cristóbal, zona rural de Medellín. Había vuelto a su comunidad después de cuatro años, debido a que en 2013 tuvo que irse del barrio a causa del enfrentamiento entre bandas delincuenciales de la zona. Unos días antes de su muerte, había convocado a los vecinos a un encuentro para superar el miedo producido por la delincuencia y así apropiarse y defender su territorio.
En mayo de 2013, un sobrino de Fabián fue asesinado en medio de un enfrentamiento entre bandas delincuenciales, también llamadas “combos” de la zona. Esto, sumado a las amenazas de los “combos” contra la comunidad, llevaron a que Fabián, su familia y cerca de cien familias más, se fueran desplazadas de La Loma ese año. Durante el tiempo que permanecieron afuera, la familia del líder, junto a las otras familias, denunciaron ante las autoridades la situación de La Loma y exigieron garantías de seguridad para poder volver a sus hogares. Tal parecía que sus reclamos habían sido escuchados pues, a comienzos del 2017, el Instituto Social de Vivienda y Hábitat de Medellín (Isvimed), le arregló la casa a Fabián y la Alcaldía de Medellín le aseguró que le garantizaba la seguridad para volver.
Al regresar a La Loma, Fabián notó que en el barrio ya no se sentía la alegría ni la tranquilidad de antes. Por esto, empezó a trabajar junto con la Personería de Medellín, la Unidad Municipal de Víctimas y la Alcaldía de Medellín, para fomentar la convivencia y el diálogo entre la comunidad y las autoridades. Decidió organizar una fiesta de integración que se celebró el 2 de julio del 2017 y que incluyó presentaciones artísticas de habitantes del sector.
Al día siguiente de la celebración, se conoció que fueron retirados los cinco puntos fijos que tenía la Policía Metropolitana de Medellín en el sector, junto con una cámara de seguridad, los cuales hacían parte de las garantías de brindadas a las familias desplazadas. Fabián había denunciado el riesgo que corrían las familias de La Loma por este hecho.
Unos días después, el viernes 14 de julio de 2017, Fabián, su esposa Luisa y sus dos hijas salieron a comer a San Michel, una zona fronteriza entre la comuna 13 y La Loma. Se devolvieron en dos motos, Fabián iba con una hija y Luisa con la otra. Cuando iban llegando a su casa, oyeron un disparo, Fabián se detuvo y en ese momento recibió un disparo en uno de sus hombros, que le atravesó el torax. Intentó dar unos pasos pero perdió las fuerzas y cayó.
Pasaron quince minutos hasta que un carro particular llevó al líder, sin signos vitales, a la Unidad Intermedia de San Javier, en la comuna 13. Fabián Álvarez murió a las 10:37 de la noche. Medios locales afirman que el disparo que recibió Fabián fue producto de un enfrentamiento entre “combos” de la zona. También mencionan que un joven de 22 años fue herido a causa de esta confrontación.
Según su esposa Luisa Paniagua, el disparo que recibió el líder no estaba dirigido contra él pues no tenía amenazas ni problemas con nadie. Paniagua afirmó que tuvo más que ver con una bala perdida. La ONG Corporación Jurídica Libertad aseguró en medios locales que después de estos hechos, lo más preocupante era la situación de seguridad de la familia de Fabián.
Después de la muerte de Fabián Álvarez y del retiro de los puntos de seguridad en La Loma, se habló de un nuevo desplazamiento de la población que había regresado a la zona. La comunidad pidió apoyo a la Personería de Medellín, y esta a su vez, pidió a la Alcaldía que regresaran a la vereda la Policía y el Ejército. La policía afirmó que iban a empezar a fortalecer la seguridad en la zona, a través de la instalación de puntos fijos y cuadrantes. Todo esto para impedir la expansión de las bandas delincuenciales el control del sector.
El caso de Fabián aún es materia de indagación por parte de la Fiscalía.