Trujillo
Ibes Trujillo de Buenos Aires, Cauca, dedicó más de 30 años al trabajo con la comunidad. El líder tenía más de siete hijos, pero vivía solo con su esposa en una propiedad de Cementos Argos. El 1 de agosto de 2016 alrededor de 100 familias, la mayoría desplazadas, ocuparon el terreno de la cementera y construyeron sus casas en lo que llamaban “urbanización primero de agosto”. Antes de su muerte, Trujillo estaba dedicado a luchar para que la Alcaldía de Buenos Aires comprara el terreno.
En 2001 se perpetuó la Masacre de El Naya a manos del Bloque Calima, en cabeza de José Hebert Veloza, alias ‘HH’, asesinó un número indeterminados de personas. Hasta la fecha se han encontrado 27 cuerpos con signos de tortura (Ver Masacre de El Naya). Tras la masacre, Trujillo conformó una de las primeras asociaciones de víctimas del departamento del Cauca, Fundación Siglo XXI, para acercarse a las víctimas y buscar su reparación.
Varios medios de comunicación publicaron un testimonio de un allegado al líder:“Yo lo conocí peleando en Suárez contra la construcción del embalse de La Salvajina, con los temas ambientales, con la recuperación de tierras para la gente del Norte, en los encuentros interétnicos con los movimientos indígenas” afirmó el poblador. La motivación de fortalecer los procesos de liderazgo y mejorar las condiciones de la región lo llevó a fundar el Consejo Comunitario Afrocolombiano de los ríos Timba y Marilópez, su función dentro del Consejo giraba en entablar puentes de comunicación entre comunidades y fuerza pública durante las manifestaciones.
La Fundación Renacer Siglo XXI incursionó en proyectos agroindustriales como forma de financiamiento y así nació una empresa comunitaria para producir café orgánico y dejar de cultivar coca en la vereda La Alsacia. El Cauca, específicamente, los municipios de Buenos Aires y Suárez al ser una zona estratégica como corredor del narcotráfico entre Valle y Cauca
La esposa del líder le narró a Baudó, agencia dedicada a narrar violaciones de derechos humanos, que su esposo fue a trabajar a una finca cafetera en Suárez y no iba a regresar hasta el jueves 12 de julio. Según las investigaciones, el 10 de julio, Trujillo y un compañero, que estaba realizando intervenciones comunitarias con los niños del sector, fueron secuestrados por dos personas mientras trabajaban la tierra. Los obligaron a subirse a un carro y fueron amenazados con armas largas. Dieron vueltas durante varias horas, luego los bajaron y continuaron a pie. Se presume que Trujillo fue amarrado a un árbol mientras que a su compañero lo dejaron en la carretera de Suárez.
El 15 de julio, una manifestación con decenas de personas escoltadas por la guardia indígena llegó hasta el último lugar donde vieron al líder Trujillo. “Iban con pancartas, carteles y banderas blancas. Un grupo armado en la zona quería bloquear la marcha, pero eran tantos que al final tuvieron que dar permiso” narró la agencia Baudó. La esposa de Trujillo durante la manifestación encontró el cuerpo de su esposo en las orillas del río Marilópez.
Ibes Trujillo lo enterraron el jueves 19 de julio en medio de la manifestación de la comunidad. Al día siguiente,la esposa de el líder recibió las primeras amenazas por teléfono.