Jorge Arbey Chantre Achipiz fue un líder indígena del pueblo Nasa, nacido en 1993 en la Vereda de San Luís, departamento del Cauca. A sus 14 años, en compañía de sus hermanos, abandonó su pueblo natal para vivir en el municipio de Morales, pues su madre temía que fueran enlistados en los grupos paramilitares y guerrilleros que para ese entonces delinquían en la zona. Con el tiempo, la violencia los desplazó a Santander de Quilichao y por último a Pueblo Nuevo, también en el Cauca, donde terminó el bachillerato y comenzó su labor como líder indígena.

En el 2010 inició sus estudios en Licenciatura en Pedagogía Comunitaria en la Universidad Autónoma Intercultural Indígena, UAIIN, un proyecto del Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, que pretende educar desde las raíces del pensamiento y costumbres de las culturas indígenas. Fue luego del ingreso a la universidad que se interesó por visibilizar las condiciones en las que vive su comunidad.  En 2017, año en el que fue asesinado, se encontraba escribiendo su tesis sobre la construcción del plan de vida de la comunidad Nasa del Territorio Ancestral de Pueblo Nuevo.

Fue elegido por la comunidad Nasa como secretario general del Cabildo de Pueblo Nuevo para el periodo 2017 – 2018 y era presidente en el municipio de Jamundí del Movimiento Alternativo Indígena Social, MAIS, desde donde promovió la siembra de árboles nativos en los nacederos de agua.

Chantre construyó desde la agricultura su propia sostenibilidad económica. Trabajaba en la elaboración de viveros de plantas nativas en vía de extinción y realizaba una siembra colectiva de plantas productoras de agua.

Según Catalina Achipiz, doctora en Derechos Humanos y tía de Chantre, en 2015 el Ejército visitó con frecuencia la zona en que vivía Chantre y en la región se empezó a rumorar que tanto él como su madre eran informantes de las fuerzas militares.

Cuenta Catalina que dos meses antes de la muerte de su sobrino, una presunta guerrillera lo visitó repetidamente diciéndole que tenía que abandonar el territorio “a las buenas o a las malas”. Sin embargo, parece que Chantre no le prestó importancia a estas amenazas, pues nunca las denunció.

Su madre recuerda que el 4 de mayo de 2017, Jorge Arbey Chantre parecía triste. Cerca de las 9 de la mañana desayunó y tomó la guadaña para terminar de podar el potrero, a 30 metros de su casa, en el que planeaba sembrar 7 mil plántulas de café. Se escuchó un disparo, pero nadie sospechó nada. Solo hasta las 11 de mañana, cuando se acercaron a llevarle agua, se percataron del asesinato del líder indígena.

Al día siguiente, los portales HSB Noticias y La Última Digital registraron que de acuerdo con las investigaciones hechas por la Policía Metropolitana de Cali, Chantre no había recibido amenazas, pero sí había tenido una ruptura amorosa que no quedó en buenos términos, lo cual podría estar, aparentemente, relacionado con su asesinato. Sin embargo, para su familia no hay relación entre estos dos hechos.

Actualmente el proceso judicial está estancado. La familia de Jorge Arbey, en aras de agilizar la investigación y evitar la impunidad, renunció a la Jurisdicción Especial Indígena, pero la Fiscalía argumenta que el Cabildo solicitó el proceso. Su último recurso fue solicitar el traslado del proceso a la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos.