Prieto Tristancho
Jose Luis Prieto Tristancho era un líder político oriundo de Galapa, Atlántico y nacido en 1970. Trabajó como vigilante en distintas instituciones como el centro penitenciario El Buen Pastor y el Estadio Metropolitano. Desde los 20 años, Prieto se interesó por las Juntas de Acción Comunal y desde entonces comenzó su liderazgo social.
Ayudó a distintos barrios a formalizar sus Juntas de Acción Comunal ante la Gobernación, apoyaba con la redacción de los estatutos, actas y demás requerimientos. Fue así como logró consolidar las Juntas de Acción Comunal de los barrios Las Mercedes, Los Petronitas y Camaguey, donde vivía junto a su familia.
En una ocasión él y otros tres compañeros trataron de ayudar a formalizar un barrio de invasión conocido como La Inmaculada. Prieto se retiró de este proyecto debido a amenazas en su contra. Monica Castro, su esposa, dice que él sólo volvió a colaborar en ese barrio cuando la Alcaldía legalizó los predios.
Siempre que Prieto participó de una JAC lo hizo como fiscal, porque su interés era verificar que los recursos siempre se invirtieran en la comunidad y no terminaran desviándose. Fue así como logró que se pavimentara la primera vía por fuera del casco urbano del barrio Manda de Pital, también en Galapa.
En varias ocasiones la Alcaldía Municipal lo envió a congresos intermunicipales de Juntas de Acción Comunal, para que se capacitará en temas como salud comunitaria y prevención y atención de desastres. A raíz de esto, Prieto vigiló también atención que la Alcaldía le daba a los damnificados por los vendavales, que de cuando en cuando azotan al norte del país. También era conocido por denunciar el abuso de autoridad de distintos policías que trabajaban en el municipio.
Prieto, a quien su familia lo recuerda con un gran sentido del humor, era sobrino del exalcalde de esa población Alexander Prieto Ortiz, y del exconcejal Pedro Gonzalo Prieto. En 2015 se lanzó al Concejo con el aval del partido Liberal, pero no fue elegido.
En 2016 Prieto estaba encargado de manejar el contrato de vigilancia domiciliaria nocturna en el barrio, es decir que la alcaldía municipal lo contrataba a él y él se encargaba de contratar a los vigilantes comunitarios del sector. Ya en ese cargo, el líder contrató a Joaquín Damiant de Moya Rodríguez, de 32 años, conocido por los habitantes como alias ‘el Capi,’ para vigilar algunas cuadras del sector.
“Jose sabía que Joaquín tenía un pasado turbio, que había pertenecido a Los Rastrojos y que se rumoreaba que su hermano hacía parte de las redes de microtráfico en la zona, pero como a él lo único que le interesaba era ayudar y vio que la esposa de Damiant estaba embarazada, lo contrató.”, aseguró Castro.
Pasado el tiempo Prieto evidenció que Damiant usaba sus turnos de vigilancia para traficar estupefacientes en el sector y decidió confrontarlo. En una conversación que se subió de tono, Prieto despidió a Damiant y éste le amenazó de muerte.
Desde entonces Damiant comenzó a interferir en las labores de vigilancia de los otros empleados de Prieto, a quienes intimidaba y ofendía en vía pública. Una noche en marzo de 2016 Damiant fue hasta la casa de Prieto y su familia y con revólver en mano lo amenazó de muerte y se retiró. “Jose Luis no denunció porque no lo creía capaz de una cosa así”, agregó Castro.
El 10 de noviembre de 2016 a eso de las 10 de la noche, Prieto se encontraba en su casa en compañía de su esposa, cuando Joaquín Damiant de Moya Rodríguez, llegó y desde la entrada exclamó “¿mono?”, pues así se referían a Prieto sus amigos y familiares. El líder se asomó a la puerta e inmediatamente se percató de las intenciones del visitante.
Jose Luis Prieto corrió a la habitación donde se encontraba su pareja, pero el sicario lo persiguió y sin mediar palabra alguna, le disparó múltiples veces en el torso. El asesino huyó en una motocicleta que lo esperaba a una cuadra.
A pesar de que los vecinos y familiares trasladaron el cuerpo de Prieto hasta el hospital local de Galapa, el líder no sobrevivió a la gravedad de las heridas. Siete meses luego del asesinato, el juez 16 Penal Municipal le dictó medida de aseguramiento, en la Cárcel Distrital, a Joaquín Damiant De Moya Rodríguez, por el asesinato de Prieto. La captura de Moya, se hizo en la URI del municipio, pues el sicario se encontraba recluido allí, señalado de haber intentado matar a otra persona.
La Fiscalía le imputó cargos por homicidio agravado y porte ilegal de arma de fuego agravado. Moya no aceptó ninguno de los cargos. La investigación señaló que la víctima había denunciado y reclamado al presunto homicida por haber supuestamente abusado sexualmente una menor de edad.