Fue la primera lideresa social asesinada en 2019. Integraba la Mesa de Víctimas de Santa Marta en calidad de suplente y lideraba los procesos de las mujeres afro víctimas de desplazamiento forzado particularmente en la Sierra Nevada.

Igualmente, lideraba procesos de restitución de tierras y, de hecho, según se dijo en su momento, la finca en la que fue asesinada le había sido adjudicada por el Gobierno Nacional a ella y a otras nueve mujeres de su comunidad.

Además, tras conocerse su homicidio, desde la Agencia de Renovación del Territorio aseguraron que la lideresa era la delegada de Santa Marta para la construcción del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) de la Sierra Nevada y Perijá.

Años atrás, Maritza Quiroz se había tenido que desplazar del corregimiento de Palmor (Ciénaga) luego de que la violencia le arrebatara a su esposo. Con sus cuatro hijos se desplazó para Santa Marta donde vivió hasta el 5 de enero de 2019, día en que fue asesinada.

Ese día, según contó su hijo Luis Camilo Bermúdez Quiroz, hombres armados llegaron hasta su finca en la vereda San Isidro, área rural de Santa Marta, y la ultimaron a balazos. Bermúdez Quiroz se ocultó en la vivienda y luego fue quien denunció ante las autoridades el asesinato de su madre.

Días después del asesinato de la lideresa, los integrantes de la Mesa de Víctimas de Santa Marta decidieron renunciar en pleno. En ese momento, manifestaron no tener garantías para su participación ni atención de la Unidad Nacional de Protección.