Ruth Alicia López Guisao era una lideresa de Derechos Humanos, proveniente de Dabeiba, Antioquia, que hacía parte de las ONG Coordinadora Nacional Agraria y de la Cumbre Agraria en el departamento del Chocó. Desarrollaba proyectos de soberanía alimentaria con las comunidades, también trabajaba con mujeres y jóvenes de la región. Junto a su familia, sobrevivientes de la Unión Patriótica (UP), habían sido desplazados por años debido a sus labores de liderazgo.

Desde 2015, la lideresa trabajaba en la Asociación Agroecológica Interétnica e Intercultural (Asokinchas), una organización que opera en Istmina, Chocó y que hace parte del Coordinador Nacional Agrario y el Congreso de los Pueblos. Su trabajo se enfocaba en 12 comunidades indígenas y afrodescendientes de los municipios Medio San Juan y Sipí, en el departamento del Chocó, y consistía en desarrollar proyectos de soberanía alimentaria, financiados por el Ministerio de Agricultura. También se destacó por su trabajo en la promoción de los derechos de las mujeres y del enfoque de género en las comunidades.

El 2 de marzo del 2017, Ruth Alicia se encontraba en el barrio Olaya Herrera, en la comuna 13 de Medellín, visitando a su hermano y haciendo algunas diligencias relacionadas con su liderazgo. Ese día, la lideresa estaba en una tienda del barrio Olaya, cuando pasaron dos hombres encapuchados en una moto, le dispararon y se fueron. Según el proyecto del diario El Espectador Colombia 2020, después de la muerte de Ruth Alicia, les advirtieron a su mamá, Rosa Guisao, y a sus hermanas, a través de una llamada telefónica, que no fueran al barrio ni al entierro porque las iban a matar.

Ese mismo día, la directora seccional de Fiscalías en Medellín, Claudia Carrasquilla, quien ha sido amenazada por grupos paramilitares, afirmó en un noticiero local que Ruth Alicia y su familia, habían pertenecido en el pasado a milicias urbanas y comandos armados. Un mes después, Carrasquilla negó haber dicho esto y agregó que una organización delincuencial podía ser la responsable de la muerte de la lideresa.

Ruth Alicia junto a su familia, habían tenido una vida de amenazas y desplazamiento forzado a causa del liderazgo que ejercían. En 1991, cuando la lideresa era un niña, tuvieron que desplazarse por primera vez del barrio Policarpa Salavarrieta en Apartadó, Antioquia, debido a que pertenecían a la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio y hacían parte de la Unión Patriótica.

Por esto llegó a Medellín al barrio Olaya Herrera (el mismo donde fue asesinada Ruth Alicia años después). Rápidamente se vincularon a la JAC del barrio y empezaron a apoyar proyectos sociales. Su liderazgo continuó hasta 2002, cuando la Policía y el Ejército ejecutaron la Operación Orión, para combatir a las milicias urbanas de la guerrilla. El primero de octubre de 2017, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, condenó al Estado colombiano por detenciones arbitrarias e ilegales cometidas en esta Operación. 

Según el portal Hacemos Memoria, Ruth Alicia permaneció en la cárcel durante un año, acusada de hacer parte de estas milicias, hasta que salió libre pues no le comprobaron vínculos. Después de su salida, con su familia tuvieron que desplazarse una vez más esta vez hacia Bogotá. Tras vivir 6 años en la capital, a Ruth recibió una propuesta laboral para trabajar en el Chocó, departamento donde estuvo trabajando hasta su muerte. A pesar de lo que había pasado durante su vida,  la lideresa no se encontraba con protección al momento de su muerte.

El 28 de abril del 2017, fueron capturados alias “Talibán” y alias “Macario” de 27 y 21 años respectivamente, acusados del homicidio de Ruth Alicia. Según la Fiscalía General de la Nación, estos hombres pertenecían a una estructura criminal liderada por Freyner Alfonso Ramírez García, alias ‘Carlos Pesebre’, que a su vez está condenado a 36 años de cárcel por homicidio agravado.

Alias “Carlos Pesebre” se encuentra recluido en la cárcel Picaleña de Ibagué. Es un reconocido cabecilla de la Odín Robledo (Organización Delincuencial Integrada al Narcotráfico), una de las estructuras criminales más grandes en Medellín.