Especial
“Villa del Rosario tiene una dinámica muy compleja de seguridad tanto para organizaciones como para la misma Mesa de Víctimas, allí hay zonas donde la actividad comunal prácticamente está anulada”, así es como una delegada del Ministerio Público que prefirió no ser identificada definió los enormes retos para el liderazgo social en el municipio. Allí, la violencia desmedida está a la orden del día, no solo contra líderes y lideresas, sino también contra sus comunidades.
& 
Tráfico de drogas y contrabando de gasolina:
Denunciar el tráfico de drogas y el contrabando de gasolina representa riesgos para los líderes sociales de Villa del Rosario, cuya frontera con Venezuela es estratégica para estos negocios ilícitos, particularmente en los corregimientos de La Parada y Juan Frío. En algunas zonas del área rural es posible transportar mercancía por el río Táchira sin que las autoridades lo impidan. En el casco urbano preocupa la disputa entre bandas criminales por el negocio del microtráfico en los barrios San José, 20 de Julio, La Esperanza, Primero de Mayo y San Gregorio, así como la ‘olla’ de Gran Colombia.
Agresiones y amenazasLas agresiones en Villa del Rosario no solo han estado dirigidas recientemente contra los líderes sociales, comunales y de víctimas que valientemente denuncian violaciones a los derechos humanos, sino también contra la población en general, particularmente contra la comunidad LGBTI. Los líderes y sus comunidades comparten el infortunio de amenazas e intimidaciones continuas, además de frecuentes desplazamientos forzados. “Como líderes no podemos tener una reunión a campo abierto, porque estamos expuestos a que nos asesinen”, aseguró una lideresa, situación que la dirección de la Policía Metropolitana de Cúcuta dice desconocer. Sin embargo, la comunidad también es víctima constante de homicidios, hostigamientos, reclutamientos, extorsiones indiscriminadas, violencia sexual y trata de personas, que preocupa especialmente a los líderes, quienes varias veces han denunciado la trata ante las autoridades. Las víctimas de desaparición forzada de los hornos crematorios de los exparamilitares del Bloque Catatumbo en Juan Frío son sujetos de reparación colectiva, pues han sido permanentemente revictimizados.
Actores que generan riesgoLa violencia en VIlla del Rosario preocupa, así como la extraordinaria confluencia de grupos armados, que van desde pandillas y bandas criminales hasta estructuras de mayor jerarquía militar, que actuando con altos niveles de impunidad se reparten y disputan el control territorial y los negocios criminales de la zona, tanto en territorio colombiano como venezolano, y se concentran en el casco urbano y en los corregimientos de Juan Frío y La Parada. Allí destacan los provenientes del paramilitarismo ‘Los Rastrojos’ y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (o ‘Clan del Golfo’), la guerrilla del ELN y la disidencia del EPL ‘Los Pelusos’, además de bandas como ‘El Tren de Aragua’, ‘La Frontera’ y ‘La Línea’, entre otras. Los líderes también ven a miembros de la Fuerza Pública como fuentes de riesgo, una relación de desconfianza que data desde que estos actuaban confabulados con los paramilitares del Bloque Catatumbo que delinquieron en la región.
