Andrés Narváez, un campesino de 60 años, es uno de los líderes sociales y defensores de derechos humanos de Montes de María. Desde que inició su labor como líder de restitución de tierras en la hacienda La Europa, en Oveja, Sucre, ha estado en constante peligro. En 2014 casi le cuesta la vida, cuando recibió cuatro disparos de los que milagrosamente se salvó. En el 2018 las amenazas a su nombre volvieron, y mensajes de texto anónimos con frases como “te salvaste la primera vez, pero esta vez no vivirás” llegaron a su teléfono. Aún así, ese mismo año la Unidad Nacional de Protección (UNP) le redujo su esquema de seguridad a solo un guardaespaldas. Hace tan solo unos días, volvió a ser amenazado de la misma manera, un mensaje de texto anónimo con promesas de muerte.
Es preocupante la falta de protección en la que vive. Ahora recorre en moto o a pie las 1.321 hectáreas que forman parte de la hacienda por la cual lucha su comunidad desde el 2013, cuando presentaron una solicitud a la Unidad de Restitución de Tierras. Este proceso judicial ya lleva más de 5 años sin ser esclarecido legalmente y la disputa ha causado intentos de expulsión de los campesinos, quemas de ranchos y varias amenazas contra líderes sociales, incluso, algunos han tenido que salir del país.
Antes, Narvaéz tenían un esquema de protección por parte de la UNP, que incluía un carro blindado, chaleco antibalas y varios escoltas. Pero desde hace más de un año, el esquema de seguridad se redujo a un solo escolta y un chaleco. El líder afirma que es imposible usar el chaleco como media de protección, ya que el calor de los Montes de María oscila entre los 28 y 35 grados. Además, él está la mayoría del tiempo trabajando al aire libre.
Las amenazas no son únicamente para Andrés Narváez, “Mi escolta también tiene miedo”, afirma. Éste también ha sido amenazado en los últimos meses. Al consultar con la Unidad Nacional de Protección no se obtuvo respuesta del porqué cambiaron el esquema de seguridad y qué va a pasar con el líder tras esta nueva amenaza.
Según Gilberto Pérez, otro de los líderes de La Europa, hace un año tuvieron un delegado de la Unidad Nacional de Protección al que le manifestaron sus temores respecto a los esquemas de seguridad, sin embargo, en el último estudio que la entidad realizó simplemente reafirmó que no les concederían más medidas.
Todo comenzó en 1969 cuando el Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (extinto Incora) le entregó la hacienda La Europa a 114 familias campesinas. Con el paso de los años, muchos de ellos migraron por motivos económicos o fueron desplazados por la violencia que generó la llegada de las Farc y los paramilitares a la región. Al tiempo llegaron nuevos ocupantes al predio
Para 2005, solo quedaban seis familias, pero la desmovilización paramilitar permitió que muchas regresaran a la región, y con ellas también llegó el empresario Juan Guillermo Vélez Jaramillo, quien alcanzó a reunir 97 derechos de propiedad de los predios para la compañía Arepas de Don Juancho.
Para ese entonces ya nadie sabía a quién pertenecía este patrimonio. Así las cosas, para 2014 varios líderes de la comunidad habían recibido amenazas y Andrés Narváez, uno de ellos, fue víctima de un intento de homicidio, en el que, según Narváez, el victimario es el que Arepas de Don Juancho dejó encargado de cuidar la hacienda. Actualmente se encuentra prófugo de la justicia.
Según Jeison Paba, el abogado del caso, el único cambio que ha tenido el proceso judicial últimamente es que “hace 3 meses subió nuevamente al tribunal de Bolívar, no al de Sucre”, pues este tribunal manejaba los casos de restitución de tierras.
A pesar de que el proceso judicial no avanza, éste debería tener un veredicto para máximo el año 2020, pero mientras tanto la comunidad sigue en alerta, pues, según cuenta Narváez, “gente extraña ha estado viniendo” y sus condiciones de seguridad no garantizan su tranquilidad.