300 JÓVENES DEFIENDEN EL MEDIO AMBIENTE EN EL META

En medio de quemas, talas indiscriminadas y el abandono del Estado en materia ambiental, cientos de jóvenes ambientalistas reaccionan en el municipio de Vista Hermosa, Meta. Hablar del medio ambiente, sin embargo, se ha traducido en amenazas.

Guiada por el líder comunitario y ambiental Edwin Alfonso Góngora Henao, la red Jóvenes Ambientales Preservando Futuro (JAPF) nació en agosto de 2018 como la viva imagen de la apropiación y el empoderamiento de la voz juvenil en el departamento del Meta.

Esta red, compuesta por más de 300 jóvenes pertenecientes a las veredas de los municipios de Mesetas, Uribe, Puerto Rico y Vista Hermosa, ha luchado desde su creación por la defensa ambiental de los paisajes, los entornos y la memoria de un departamento marcado por el rastro del conflicto armado. Este trabajo es también un ejemplo comunitario de reconciliación, pues algunos de estos jóvenes son excombatientes de las FARC que se han sumado a la defensa del ecosistema como parte de su apuesta política.

La participación de los jóvenes en proceso de reincorporación ha sido importante para el proceso. Algunos de ellos son miembros de la directiva de la JAPF y trabajan haciendo incidencia en algunos lugares de la región como los espacios territoriales de capacitación y reincorporación (ETCR), donde algunos excombatientes adelantan su proceso de reincorporación, uno de ellos en Vista Hermosa.

Edwin Góngora o ‘Pisco’, como lo llaman sus amigos, tuvo desde muy jóven el sueño de emprender un camino que llevara a la restauración del medio ambiente en su comunidad. Hoy, a sus 26 años, lo ve materializado a través de la red. “Mi labor es ir donde los jóvenes y concientizarlos sobre los daños ambientales que están ocurriendo en el sector y que las entidades gubernamentales y estatales están haciendo todo lo posible por ocultar”, relata Edwin.

Según el líder ambiental, en Vista Hermosa se están presentando quemas ilegales y ganadería extensiva que termina con talas y deforestación de cientos de hectáreas en la región.

Hectáreas de tala y quema

Después de la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno nacional y la exguerrilla de las FARC en La Habana, Cuba, en 2016, muchos campesinos del Meta comenzaron a vender sus terrenos a personas de otras regiones de Colombia, considerando que la región estaba más segura sin la presencia de la guerrilla. A raíz de estas adquisiciones territoriales, comenzaron en el municipio quemas de hasta 300 y 400 hectáreas de vegetación y monte. Esta situación mantiene en alerta a la comunidad de Vista Hermosa por la afectación ambiental, según denuncian algunos habitantes.

Los líderes de la comunidad atribuyen las quemas a la expansión de la ganadería extensiva y sin control que se ha presentado en el departamento en los últimos años. Es por esto que tanto Edwin como sus vecinos denuncian la falta de control estatal que, a raíz de malas prácticas, habría desencadenado desastres forestales.

“El ganadero en la región como tiene mucho ganado, se queda muy rápido sin espacio para mantenerlo, entonces lo que hace es talar. Tala y quema los árboles para ampliar su terreno y poder meter ahí más ganado (…). Además, el que siembra 200, 300, 400 hectáreas de plátano no es un campesino común y corriente, ya es una persona que tiene con qué”, asegura Edwin atribuyendo parte del desastre ambiental a un grupo de la población adinerada.

Cortesía: Archivo El Espectador

Zonas grises de la protección ambiental

En el área forestal de La Morichera existe una fuente hídrica llamada Jamuco, un caño que colinda con el municipio de Vista Hermosa y se encuentra completamente abandonada por el Estado y las organizaciones de protección ambiental que profesan protegerla.

Diez años atrás, tanto locales como turistas allí podían avistar aves, ardillas y monos, entre otros animales. Sin embargo, la mayoría de lo que se puede divisar hoy son toneladas de basura esparcida a lo largo de la fuente hídrica, un espacio que los jóvenes de la red JAPF intentan recuperar.

Cormacarena, autoridad ambiental de la región, a pesar de tener jurisdicción sobre Vista Hermosa, no cuenta con oficinas en el municipio. Las instalaciones principales se encuentran en Villavicencio, sin embargo, asegura contar con sedes regionales en los municipios de Puerto López, La Macarena, y Granada, siendo esta última la que debería responder a las emergencias ambientales de Vista Hermosa.

La autoridad ambiental afirma que ha actuado a lo largo y ancho del departamento, a través del desarrollo de los llamados talleres de “Corresponsabilidad Social en Incendios Forestales”, con integrantes de los consejos municipales de algunos municipios de la región, así como el taller de Socialización Red de Vigías Rurales (RVR), dirigidos a funcionarios administrativos de varias municipalidades, incluida Vista Hermosa. No obstante, Cormacarena no dio respuesta sobre el cuerpo de agua en cuestión, ni el tratamiento ante su estado de contaminación, el cual, según Parques Nacionales Naturales de Colombia, pertenece a su jurisdicción.

Edwin afirma que aunque la autoridad ambiental sí adelanta talleres de concientización y trabajos realizados en pro del medio ambiente dentro del municipio, no hay mucha evidencia de estos en campo. “Cormacarena sube constantemente fotos anunciando trabajos en nuestra comunidad; vamos allá y al llegar al supuesto sitio de acción no encontramos cambios ni ningún trabajo realizado (...). En Vista Hermosa no quieren a esa organización, se la aguantan porque el Estado la impone”, señala el líder.

Un plan de acción

Desde los jóvenes de la red JAPF, con el acompañamiento del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi) y la Fundación Reserva Colombia, nació la iniciativa de implementar recorridos alrededor de las zonas más afectadas y, posteriormente, arborizarlas con el apoyo de la comunidad. “Lo que se busca con esto es que el joven siembre su árbol y tenga ese sentido de pertenencia por el medio ambiente que lo rodea”, afirma Edwin.

Con el apoyo de la Corporación por la Defensa Ambiental y el Desarrollo Sostenible en el Amén (Corpoamen), que es el Área de Manejo Especial de la Macarena y regula las actividades humanas permitidas en este territorio ecológico, han llevado a cabo jornadas de concientización a las comunidades para evitar así la quema de árboles. “Queremos hacer proyectos de buenas prácticas del terreno, un tratamiento de tierras adecuado”, plantea el líder ambiental. La comunidad, por su parte, asegura ver un cambio tanto en el entorno como en el comportamiento de muchos de sus pobladores. Al ser una iniciativa que comienza desde los jóvenes, les han escuchado desde sus casas en primer lugar.

Jóvenes de la JAPF en jornada de limpieza en el caño Jamuco - cortesía.

Con bolsas de basura y rastrillo en mano, los jóvenes de la red han incursionado en el caño Jamuco, con la esperanza de algún día lograr la limpieza completa de la zona. El apoyo de entidades tanto estatales como ambientales, sin embargo, será esencial, ya que por falta de recursos y la acumulación de grandes cantidades de basuras, las jornadas son demasiado extenuantes.

Dentro de sus aliados están el Consejo Noruego y el British Council, que a través de la línea Ambiente para la Paz del programa Active Citizens, ha acompañado a la red en la capacitación de herramientas metodológicas relacionadas con incidencia política, trabajo comunitario y reconciliación, para potenciar la organización juvenil.

Actualmente se encuentran preparando una “segunda fase” del acompañamiento del programa, para exponer los avances de sus proyectos y seguir con la creación de una red con otros jóvenes del departamento. Allí se evaluarán cuáles proyectos van adelantados y cuáles podrían expandirse, entre otras cuestiones logísticas.

Bajo amenaza

“Usted, como supuesto líder juvenil, ¿cómo viene a hablar de esos temas?, cuando todos sabemos que esas organizaciones ‘dizque ambientales’ las conforman las FARC”.

Frases como esta, cargadas de intimidación, han llegado a Edwin Góngora desde que comenzó su camino como líder ambientar en su municipio: “Esa frase me la dijo un personaje del pueblo que todos sabemos que pertenece a organizaciones paramilitares (...). Yo no me puedo dejar intimidar, si lo hago, viene otro joven más atrás y dice ‘sí a él lo intimidaron y lo silenciaron, que era mi líder, ¿qué sentido tiene luchar por esto?’; entonces ese joven pensará que no puede hacer nada”.

Varias intimidaciones surgieron después de que el líder denunciara que el Estado no estaba propiciando ni gestionando proyectos para del medio ambiente en la región, como panfletos amenazantes firmados por grupos desconocidos que se autodenominan “Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)”. Las amenazas no llegaron solo a manos de Edwin, sino a varios integrantes de la comunidad.

Las AUC se desmovilizaron entre 2004 y 2006 en el gobierno de Álvaro Uribe, pero algunas de sus filas conformaron otros grupos criminales que continuaron delinquiendo y disputándose el control de varios negocios ilegales, como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, también conocida como Clan del Golfo.

“Mi ideología es ambientalista, no es guerrillera. Si la guerrilla, los paramilitares o el gobierno tienen la idea ambientalista y quieren trabajar por el medio ambiente, son bienvenidos, porque esto no se trata de estigmatización, esto se trata de transformar mi mundo y mi mundo comienza con mi comunidad. Es la comunidad la que me impulsa y me apoya a que gestione, a que hable por ellos”.

Según David Navarro, líder facilitador de Active Citizens en Colombia y coordinador técnico-metodológico del programa, el mayor reto que tiene esta iniciativa juvenil son “las empresas criminales que están detrás de la deforestación”, mafias fuertes y organizadas que “trabajan con sectores poderosos” y que han puesto en la mira a quienes defienden el medio ambiente.