Excombatientes de la Nueva Área de Reincorporación de Chaparral tras casi cinco años de la firma del Acuerdo de Paz, aún esperan que el Gobierno Nacional cumpla con el proyecto de vivienda.
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Hace 3 años en Chaparral, Tolima, algunos excombatientes optaron por otra forma de continuar con su compromiso con la paz. Veinticuatro de ellos consolidaron una Nueva Área de Reincorporación (NAR), en la zona urbana de este municipio, conocida como NAR de Chaparral o la NAR Walter Fajardo, en honor a uno de sus compañeros caído en combate algunos años atrás, y quien fue una figura importante para quienes dejaron las armas en el Tolima, y habían sido parte del Frente 21 Adán Izquierdo de las extintas FARC.
Fueron integrantes del Antiguo Espacio de Capacitación y Reincorporación (AETCR) Marquetalia, corregimiento de Gaitania, vereda El Oso, municipio de Planadas. Salieron de ella porque se cansaron de esperar a que el Gobierno comprara el lote donde se encontraban asentados e iniciara la construcción de las viviendas. Además, algunos miembros de sus familias vivían en Chaparral, y decidieron reconstruir su proyecto de vida junto a ellos.
Del AETCR Marquetalia se desprendieron cerca de ocho NAR, y tres están en Chaparral —una en su casco urbano, y las otras dos, en el corregimiento de San José de las Hermosas, y su vereda La Marina, con quienes trabajan de manera conjunta—. Las demás están en los municipios de San Antonio, Roncesvalle, Rioblanco y Dolores.
Chaparral se encuentra a 14 kilómetros del Caño de las Hermosas, y a 137 de su capital. Para llegar al municipio es preciso cruzar una troncal que se encuentra a las afueras de Ibagué, que conduce al municipio del Guamo, después a Ortega, y finalmente “El cruce”, una variante conocida popularmente así, sobre el costado izquierdo.
Fueron 330 los excombatientes que dejaron sus armas en el AETCR Marquetalia, y ahora solo cuenta con cerca de 84 personas asentadas. Wiliam Fernandez, líder de la NAR de Chaparral, considera que “a pesar de que aún existe este espacio, no hay allí ninguna garantía. Ni desde la parte económica, ni en materia de seguridad. No ha sido fácil para todos los compañeros y compañeras acceder a tierras para vivienda, o proyectos. Hay muchas barreras”. Sin embargo, y a pesar de tomar la decisión de salir de este punto de concentración, aún conservan el contacto con su AETCR, porque para estos hombres y mujeres, se encuentren agrupados en el mismo lugar o no, eso no desdibuja su vínculo, y quehacer colectivo.
La NAR Walter Fajardo, es especialmente urbana, la mayoría de sus integrantes viven en el pueblo, aún no cuenta con ningún proyecto productivo financiado por una entidad gubernamental o de cooperación internacional—que sí ha ocurrido en los AETCR—, ni ninguna tierra o lote para construir vivienda. Algunos de sus miembros viven en casas arrendadas, sobreviven con la renta básica mensual —el 70% de un salario mínimo en Colombia—, trabajando como jornaleros en las fincas del municipio, o han reclamado los ocho millones de pesos —un Capital Semilla—, que les corresponden por derecho tras su desarme, a través de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), para financiar sus proyectos productivos.
Han reclamado este dinero, con el fin de generar fuentes de sustento para el autoconsumo y la venta. La mayoría no han sido exitosos. “Han comprado vacas, se les han muerto algunas. Sembraron frijol, el clima no les ayudó y se murió la plantación. Y algunos quisieron poner tiendas, otros negocios similares, y con la pandemia se quebraron”, narra Wilson, con gran preocupación.
Wiliam Fernandez líder de la NAR en Chaparral, habla de las gestiones que han emprendido para acercarse a un proyecto de vivienda.
Están organizados en dos asociaciones. Una está en proceso de constitución, y no tiene nombre aún, y la otra se llama Asociación Constructora de Paz del Tolima, conformada por excombatientes —quienes aún no cuentan con un asentamiento colectivo hasta la fecha—, víctimas del conflicto armado y algunas personas de la comunidad en general de Chaparral. Durante los últimos meses, han participado de algunas asambleas del Consejo Nacional de Reincorporación, CNR, en la ciudad de Ibagué, para exponerles su situación. Consideran que la participación de dos de miembros del partido Farc en la junta directiva del CNR, son su más importante apoyo, porque desde allí han buscado velar por los derechos de sus compañeros y compañeras ante el Gobierno Nacional.
“Nosotros estamos trabajando, bien sea de una manera u otra. Nosotros no estamos quietos viviendo de una renta básica. Tenemos personas que trabajan en construcción, en ganadería, recolectando café, en salones de belleza (...) estamos cumpliendo lo que nos propusimos. A nosotros no nos han cumplido, pero nosotros lo estamos haciendo. (...) Y el proceso de paz no solo no se ha cumplido con nosotros” relata Wilson, con desazón.
Laura Vega, consejera política del partido político Comunes, para el departamento del Tolima, aunado a lo anterior, señala que las Nuevas Áreas de Reincorporación, “hasta la fecha no han sido reconocidas por el Gobierno Nacional, lo que también ha dificultado el acceso a quienes están bajo estas figuras, a la financiación internacional a sus proyectos productivos y de vivienda”. Además, explica que “existen fuertes barreras para el acceso a tierras porque el gobierno ha puesto unos requisitos que son excluyentes para el acceso a proyectos de vivienda. Quienes tengan más de dos salarios mínimos, un lote, o un pedazo de tierra, no tendrán derecho a estar en un proyecto de vivienda. Pero, varios han sido contratados por las mismas organizaciones del Estado, y reciben un poco más de los dos salarios, trabajan como escoltas en la Subdirección Especializada de Seguridad y Protección, para el mismo CNR, la Unidad de Trabajo Legislativo, UTL, entre otras, o se cansaron de esperar y compraron una pequeña parcela”.
Laura también señala que “la ARN maneja una cifra de reincorporados (...) que dista de las cifras reales. Además generó una resolución donde señala qué puntos va evaluar para priorizar la entrega de terrenos para vivienda. Y en ambos casos, quedarían varias personas excombatientes por fuera”. Por tanto, han propuesto desde abril de 2021, una ruta diferencial para el acceso a predios para vivienda, que ampare a todos y todas las excombatientes, se encuentren o no en un AETCR , o una NAR, y que por su cuenta hayan accedido a algún predio o terreno, y que pueda ser formulada con el apoyo de expertos en materia de tierras, abogados, y la comunidad internacional.
El 1 de junio tuvieron la última reunión con el Gobierno Nacional, en el marco de las mesas de trabajo del Consejo Nacional de Reincorporación, CNR, donde trajeron a colación de nuevo esta posibilidad. Pero este insiste en que la única ruta de acceso a vivienda será a través de la Resolución 0094 del 10 de marzo 2021, que solo beneficiará por ahora a quienes estén en los AETCR.
Laura Vega, Consejera Política del partido político Comunes, para el departamento del Tolima. Cuenta de qué se trata la ruta de acceso con enfoque diferencial, que proponen los y las excombatientes.
Mientras tanto los excombatientes en Chaparral, continúan firmes con su compromiso por la paz, con la esperanza de que sus proyectos de vivienda y productivos algún día despegarán. Por ahora solo les queda seguir trabajando en fincas y tierras ajenas, para generar el sustento diario para sí y sus familias, y sumar esfuerzos junto a sus compañeros para no desfallecer.