El partido Comunes, antes partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, reveló que hasta enero del 2021, 253 personas en proceso de reincorporación a la vida civil han sido asesinadas. Casos que han quedado impunes, como el de Juan de Jesús Monroy, más conocido por sus compañeros como Albeiro, antiguo líder de La Pista, una Nueva Área de Reincorporación (NAR), ubicada en La Uribe, Meta. “Era un líder de verdad, y cuando en Colombia aparece un líder de esa forma, hay mucha gente que lo detesta, lo odia. El miedo y la desconfianza es porque es un líder que puede atraer muchas cosas y mucha gente”, asegura Epismenio Tamayo, sucesor en el liderazgo de la NAR.
Tamayo siente que en el Acuerdo de Paz dio importancia al municipio de La Uribe, en cuanto al acompañamiento que debería tener. Recuerda que en el origen de las guerrillas en el Tolima, tras una fuerte persecución, uno de los sitios al que terminaron llegando fue a ese municipio. Por eso él y 46 reincorporados cuando decidieron dejar su Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (AETCR) Colinas, en Guaviare, se fueron en búsqueda de tierras para ese histórico municipio. “Con ese derecho fue que nosotros nos desplazamos de un área de concentración en la que nos tenían y no queríamos estar, y nos desplazamos a una parte donde sí queríamos estar”, asegura.
Como solución se acercaron a la vereda La Pista, en el municipio La Uribe, y junto con sus 46 “camaradas”, conformaron lo que actualmente se conoce como la Nueva Área de Reincorporación La Pista. Existe, según el líder, desde el 18 de agosto de 2017.
Tamayo asegura que él fue uno de los primeros en arriesgarse a dejar su AETCR, en Colinas, Guaviare. “Los AETCR cuando empezaron tenían entre 500 a 1.000 personas. Hoy llega y ya no hay esas 1.000 personas”.
Juan de Jesús Monroy, antiguo líder de la NAR La Pista.
Foto por: Archivo Cooperativa Multiactiva JE.
Las cifras más recientes de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), indican que 2.549 personas viven en los Antiguos ETCR; mientras 9.587 personas están por fuera de esas zonas. Además, está pendiente a ubicar 830 exguerrilleros. Muchos regresaron a sus comunidades o están creando NAR.
La Pista
La Pista aún no tiene escrituras a nombre de la Cooperativa Multiactiva JE: proyecto de economía solidaria. La comunidad ha estado acondicionando un vivero en nombre de la cooperativa. Sin embargo, la falta de acompañamiento para que el proceso sea efectivo no ha permitido que las escrituras del predio sean de ellos.
“Nosotros aquí adquirimos y compramos con mucho esfuerzo 10 hectáreas, y como ve estamos haciendo los ranchitos”, dice mientras les señala a las periodistas el terreno. “Nos enfocamos en eso, en ir haciendo el ahorro para comprar el pedacito de tierra y así fue como logramos, después de dos años, estar aquí. Aún así no tenemos escrituras del predio”.
Casas o comúnmente llamados como “ranchitos” de la NAR.
Foto por: Cooperativa Multiactiva JE.
Hicieron un acuerdo con el actual alcalde de La Uribe, Marcelino Chacón Guevara, quien lleva desde el 2019 en su cargo. El acuerdo fue entregar el terreno en comodato (un contrato que consiste en un préstamo de uso). Ellos legalizaban y luego lo entregaban de nuevo, esa era la estructura. Hoy están trabajando en eso junto con la ARN.
A pesar de las dificultades, los reincorporados han tenido la ayuda en formación académica en los proyectos que quieran desarrollar. Esta es resultado del Plan Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU), la Misión de la ONU en Colombia y el Consejo Nacional de Reincorporación, financiada por la Embajada de Noruega. Tamayo reconoce que dichas entidades siempre han estado pendientes de que los proyectos productivos sean rentables, algo que no se ha logrado aún.
Sin importar las dificultades, con esfuerzo y trabajo duro han desarrollado algunos proyectos productivos. Los fondos económicos inician con el capital semilla (beneficio económico de ocho millones de pesos por cada reincorporado), y ayudas de los organismos anteriormente mencionados. El cacao y el plátano se han posicionado como productos clave para el plan de productividad en este territorio. Se trata de un proyecto productivo de alimentos destacados en el sector. Una iniciativa que tuvo apoyo de experiencia técnica por parte de una empresa familiar de Bucaramanga (Mariana Cocoa).
“Nosotros, cuando empezamos, éramos 46 personas y ahora somos 137 porque después de haber llegado aquí, mucha gente se dio cuenta de que habíamos montado un nuevo espacio y eso no estaba en el país. Fuimos los primeros en salirnos del ETCR para posicionarnos aquí”, asegura Tamayo.
Epismenio Tamayo, sucesor en el liderazgo de la NAR La Pista
La Pista.
Foto por: NAR La Pista
Tamayo y sus compañeros, con la unión del capital semilla, también pudieron financiar un proyecto de ganado colectivo. Empezaron con 110 reses. Es un proyecto de reincorporación que ha tenido dificultades económicas debido a que los arriendos de los terrenos donde están los animales necesitan buenas condiciones, como un espacio amplio y buena alimentación. Hoy tienen entre 200- 250 reses.
“Prácticamente los presupuestos que han llegado para los proyectos han sido muy básicos. Siempre es por nosotros mismos que vamos trabajando en los proyectos y vamos avanzando”.
Tamayo relata que cuatro paredes, un piso y algunas tejas facilitan el pasar de la noche. Los caseríos suelen ser de cemento, zinc, gravillas y arena. Cada rancho individual es de 15 por 10 metros. Si se quiere, los camaradas pueden arriesgarse y construir un lote completo como lo hizo él.
“Nosotros todavía seguimos empeñados en construir. Nosotros en vida de Albeiro (líder reincorporado asesinado) estábamos muy entusiasmados de que iban a llegar unos proyectos de vivienda para nosotros, pero en este caso yo he estado buscando por dónde desenredamos esa casa de anzuelos. No le he encontrado el lugar”.
En su voz se percibe el deseo que tienen de trabajar, pero esas ganas también han sido afectadas por falta de apoyo estatal. Explica que la cooperativa, que es su fuente de ingresos, no cuenta con los recursos suficientes para pagar tantas deudas y mucho menos para desarrollar los proyectos que tienen en planes.
“Yo creo que la problemática más difícil es la falta de voluntad del Gobierno para ayudar a que este proceso salga adelante. Cuando empezaron a matar a los compañeros se creó una zozobra, pero también ha sido muy difícil estar uno concentrado en cómo sacar este proceso adelante y a dónde mirar. Hay cosas básicas que no son de mayor impacto y no se solucionan”.
Dice que el Acuerdo de Paz no cumplió a cabalidad con su propósito, poco a poco acaba con la esperanza de formar un mejor país. “Hoy uno se da cuenta de que el país sigue por el mismo rumbo o peor. Simplemente porque no se les dio la gana de seguir con lo pactado y eso ha sido lo que yo encuentro más difícil en Colombia”, reclama.
Ahora bien, esto no significa que se arrepienta de haber firmado el Acuerdo de Paz. Fue una decisión que tomó conscientemente y de la cual sabía que era un proceso largo y difícil de llevar. Sin embargo, por lo que sucede ahora siente impotencia y rabia.
Epismenio Tamayo integrante de la NAR La Pista ubicada en La Uribe, Meta, manifiesta su interés porque el gobierno entendiera las necesidades que actualmente presentan los campesinos y hace una recomendación al gobierno sobre la importancia de cumplir los Acuerdo de Paz. "Mi única recomendación es que haga algo por el Acuerdo de Paz, siquiera que demuestre que ha luchado porque el acuerdo de paz se salvará"